top of page

Annie...

 

La caja inversa

 

 

7 septiembre 2013

 

Soy la única que queda. Los demás ya pasaron al otro lado. Dormimos  cada vez  menos, por las pesadillas. Cada noche me levanto con sudor en  mi frente y con la misma desesperación que supongo, sentían también los otros,  necesidad de pasar con él.

 

Llevo cuatro años en este infierno. “La Caja Inversa”  era su nombre cuando despertamos llegamos aquí. Eso era lo único que sabíamos de este lugar y se sentía como si lo hubieran implantado en nuestra mente. Lo último de mi vida afuera, fue la noche de año nuevo  del 2009, después de eso, no recuerdo más que haberme despertado aquí, con nada más que este pequeño cuadernito, en un vestido gris, rodeada de completos desconocidos. Cada uno de nosotros tenía, misteriosamente, un cuarto con nuestro nombre y dentro ropa de nuestra talla, en este lugar que sinceramente parecía una mansión abandonada o algo por el estilo.

 

Al principio, ninguno de nosotros pensó que esto podría ser algo malo. Pero eso duro muy poco. Cada uno, tuvo pesadillas toda la noche. Cada una más realista que la anterior. Todos teníamos nuestras teorías sobre este lugar, algunos decían que esto era una especie de experimento del gobierno, en una ubicación súper secreta, como el área 51, otros pensaban que esto simplemente era una pesadilla y que pronto despertarían, habían varias teorías, pero ninguna tenía la suficiente verosimilitud para confiar. Yo pensaba que nunca íbamos a salir y que esto era una especie de castigo, pensaba que no había ninguna  explicación y que simplemente tendríamos que seguir.

Pero a través de los días, tristemente, terminamos acostumbrándonos a esta pesadilla viviente, de semanas sin sueño, ni comida.  El hambre que se apoderaba de mí, era casi animal. Como si hubiera una bestia dentro de mí, lista para salir en cualquier momento. Al final de la primera semana, entramos a la cocina por agua del grifo, solo para encontrarnos con un festín en la mesa de la sala. La mayoría lo ignoró y simplemente pensó que era una alucinación, yo pensé que la comida debía de estar envenenada pero algunos pocos se acercaron a la mesa, y tocaron la comida. Al ver que no era una fantasía, todo el mundo empezó a saciarse. En una jarra de agua pura y limpia había una nota pegada diciendo: “no mueran de hambre. M.I.T”.

 

Ese fue nuestra primera vista de información desde que habíamos llegado a este lugar y ni siquiera  sabíamos que significaba M.I.T.  Ya sabíamos que cada mañana aparecía una manzana para cada uno y teníamos siempre agua. Pero el único problema era el sueño. Nadie podía dormir y todos se negaban a dormir. Pasábamos las noches en vela. A la segunda semana, una pequeña niña llamada Juliette nos dijo que no podía más y que iba a intentar dormir por la noche. A la siguiente mañana Juliette estaba con más energía y más feliz y no paraba de decirnos que no había tenido ninguna pesadilla, pero nadie pudo evitar darse cuenta de que estaba actuando diferente. Cada minuto miraba de un lado para otro, y reía sin ninguna razón. Esa mañana, habíamos encontrado otra nota diciendo que encontraríamos otra puerta en la casa, pero que “solo la abrieran los que ya lo hubieran visto.”

Tan pronto nosotros le mencionamos esto a Juliette, ella sonrió y dijo que entonces era su turno, y empezó a llorar y reír al  mismo tiempo. De pronto se fue a su cuarto y salió con un vestido negro que nunca se había puesto. Después empezó a correr hacia la puerta misteriosa que habíamos notado  esa mañana justo como la nota nos había indicado. Justo antes de abrir la puerta, ella se volteó y se despidió de nosotros como si fuéramos su familia más cercana. Y todos nosotros, que estábamos en shock, no tuvimos la inteligencia para preguntar qué  estaba haciendo. Pude haberla salvado. ¡No tenía que sufrir así! Todos simplemente la miramos hacerlo, y no hicimos nada más que llorar.

Ella abrió la puerta, y entró. Tan pronto se cerró la puerta, empezaron los gritos. Gritos de dolor y horror, los gritos más desgarradores que ninguno de nosotros jamás había oído.

 

Antes éramos 27.

 

Ahora solo quedaban 26. 

bottom of page